Volví a los
libros. Siempre vuelvo. La biografía del cardenal Salotti no es la única fuente
disponible sobre las visiones de Ana María Taigi. También están sus confesiones
recogidas por Monseñor Natale. Esta es una fuente directa que valía la pena
explorar. Encontré la frase siniestra “millones perecerán por el hierro”.
Evidentemente, se refería a la guerra. A continuación venía “millones perecerán
de muerte imprevista”, referido al castigo celestial. Pero el párrafo no
terminaba ahí: “Luego habrá un Renacimiento de la fe… Todo esto ocurrirá cuando
parezca que la Iglesia ha perdido todos los medios humanos para enfrentarse a
las persecuciones.”
Quedé en shock. Yo conocía bien la profecía
de San Malaquías, según la cual, Francisco es el último pontífice, y asiste impotente a la “persecución final de la Iglesia”. En tales
circunstancias –con los cristianos de Siria e Irak torturados y masacrados- sin duda "la Iglesia ha perdido todos los medios humanos para enfrentarse a las persecuciones”, como
expresa Taigi.
Revisé febrilmente otras páginas de
Internet; en varias encontré este párrafo atribuido a ella: “La Religión será
perseguida y los sacerdotes asesinados. Cerrarán las iglesias, pero sólo por
corto tiempo.” Es idéntico a
otras profecías transcriptas en mi libro, algunas procedentes de los tiempos
medievales. Por lo tanto, ya estaban dadas las condiciones para el vaticinio más siniestro de la beata. El
Cataclismo de Fuego quedaba a la vuelta de la esquina...
Me puse un saco y salí a la calle.
Necesitaba caminar. Tomé por Rivadavia hasta la plaza del Congreso, por un
momento la visión de los jacarandás florecidos me tranquilizó. Luego avizoré la
cúpula del Palacio Barolo y por primera vez, me pareció un refugio. Dirigí mis
pasos hacia allá, a contramano del tránsito veloz de la Avenida de Mayo. Entré
a la galería y me recibieron las gárgolas de bronce, casi las sentí amigables
ahora que un peligro cósmico amenazaba al mundo. Ellas eran las guardianas del
último reducto… Ahora mi visión era más utilitaria que en anteriores visitas.
Ponderé la altura de la galería, buena para embolsar el aire caliente en lo
alto, y mantenerlo fresco a nivel del suelo. Por experiencia sabía que durante
un incendio, todo lo que está arriba se quema, y lo de abajo se salva. Un
incendio de proporciones planetarias sólo podría eludirse bajo tierra, en este
sentido Quintana había elegido bien el lugar para su Cápsula del Tiempo. Un
doble sótano bajo un gigantesco edificio de hormigón, era sin dudas la mejor
opción. Abajo, el arroyo subterráneo proporcionaría agua potable para
eventuales refugiados… ¿había pensado Quintana en eso?
Mis pasos vagabundos me llevaban de un
extremo a otro de la galería, mientras apreciaba los capiteles de granito y las
arcadas estilo hindú, así como la falsa cúpula triple que ahonda el techo hacia
arriba, rodeada de altos balcones. En las bóvedas había inscriptas frases en
latín extraídas de la Divina Comedia y la Biblia, así como citas de San
Agustín, Virgilio y el propio Palanti. Yo había aprendido latín en el colegio,
de modo que podía entenderlas. A medida que las leía, me pareció que algunas de
ellas contenían un segundo sentido afín a mis reflexiones:
FUNDATA EST
SUPRA FIRMAM PETRAM
Está fundada
sobre piedra sólida.
UT PORTET NOMEN EIUS
CORAM GENTIBUS
Para que lleve
su nombre a los gentiles.
CORPUS ANUMUM
TEGIT ET DETEGIT
El cuerpo a
veces revela el alma, a veces la oculta.
MALIS TIBI
PLACERE QUAM POPULO
Prefiere agradar
a ti mismo antes que al pueblo.
LITTERA OCCIDIT,
SPIRITUS VIVIFICAT
La letra mata,
el espíritu vivifica.
HOMINES QUAM
MÁXIME HOMINES
Que los hombres
se realicen al máximo.
ARS, HOMO
ADDITUS NATURAE
El arte es el
agregado del hombre a la Naturaleza.
QUI FECIT OPUS
–UT EST- UT IPSE MALLET NOVIT
Quien hizo la
obra –como es- así la prefiere.
OMNIS
PULCHRITUDINIS FORMA UNITAS EST
La unidad
constituye la forma y la esencia de toda belleza.
NOCET EMPTA
DOLORS VOLUPTAS
El placer
comprado causa dolor.
TRAHIT SUA
QUEMQUE VOLUPTAS
No todos gozan
con los mismos placeres.
OPERIS PERACTI
NULLUS STRICTOR IUDEX AUTORE
Ningún juez más
justo que el autor de la obra.
SIC VOS, NON
VOBIS MELLIFICATIS APES
Así vosotras,
abejas, creáis miel que no será para vosotras.
SIC VOS, NON
VOBIS NIDIFICATIS AVES
Así vosotras,
aves, construís nidos que no serán para vosotras.
Las dos últimas sentencias me dejaron
pensativo: ¿quiso decir Palanti que el Palacio no era para quienes lo
construyeron, sino para la posteridad?
A punto de salir, sentí el temblor del tren
subterráneo. El sótano del Barolo se comunica con las vías, eso le permitiría
ventilarse con aire fresco en caso de un cataclismo exterior. El túnel mismo no
sería seguro, si entraban llamaradas por las bocas de acceso público. Quien
estuviese ahí correría riesgo de achicharrarse. En cambio, el sótano del
Palacio tenía la ventaja de estar cerrado, y con salida al túnel o a la
galería, según conviniese.
Ya en la vereda, eché una mirada
apreciativa al edificio: sin dudas, era el mejor búnker posible para resistir
el Apocalipsis.
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