19



  Estábamos relajados después del amor. El ventilador de techo giraba suavemente soplando una brisa sobre nosotros; por la ventana veíamos las luces de la ciudad dormida.
-Si supieses que el mundo se va a acabar, y tuvieses que salvar un solo cuadro ¿cuál sería?
-Qué pregunta rara.. no sé.
-Cierto, las elecciones son tu punto débil.
-Bueno, pero te elegí a vos.
-Ahí acertaste.
-Yo acierto en lo importante. Después, si no sé elegir un plato, no importa.
  Palpé su piel, suave como el satén. Quien había acertado era yo, pero no se lo dije.
-Bueno, elegí un cuadro.
-Cualquiera menos la Gioconda.
-Perfecto. Te toca preguntar a vos.
-Okey. Si supieses que el mundo se va a acabar, y tuvieses que salvar un solo libro ¿cuál sería?
-Las Iluminaciones, de Rimbaud.
-Ahora te toca a vos.
-¿Un color?
-Lila. ¿Un programa de televisión?
-¡Vade retro!
-Es un buen nombre para un programa.
-No está mal… ¿un líder político?
-No salvaría a ninguno. ¿Un animal?
-Caballo. ¿Un insecto?
-Libélula. ¿Un árbol?
-Salvaría un bosque, con alerces, cohiues, araucarias…
-Un bosque del sur.
-Sí. ¿Una canción?
-Salvaría el silencio.
-Esa me gustó.
   Ella se volvió hacia mí, apoyando la cabeza en su mano.
-¿A qué viene tanta preocupación por el fin del mundo?
-Podría estar cerca.
-¿Qué tan cerca?
-Muy cerca.
-¿Como para verlo nosotros?
-Ahá.
-En ese club de profecías te lavaron la cabeza.
-O yo se la lavé a los demás.
-Bueno… a mí no me preocupa si el mundo se acaba.
-Es curioso, a mí tampoco. Y a los miembros del club menos. La última reunión fue una fiesta, todo el mundo estaba feliz.
-Parece un poco contradictorio.
-La perspectiva del fin los pone contentos… es raro.
-Vivir da mucho trabajo. Madrugar para ir a trabajar, pagar impuestos…
-La vida es un conflicto permanente. El fin del mundo lo resuelve todo.
-Pero lo resuelve para mal.
-No hay solución para bien. Sólo seguir luchando.
-La lucha da satisfacciones.
-Por eso la gente, cuando no tiene una ocupación, crea luchas ficticias. El deporte, cualquier juego, son luchas sin motivo.
-El ser humano está hecho para eso.
   Yo me incorporé de lado a mi vez, apoyando la cabeza en la mano como ella.
-Este fin del mundo no lo resolvería todo.
-¿Porqué decís eso?
-Porque algunos van a sobrevivir. Y van a tener más problemas que los Pérez García.
-¿Tus amigos se creen los elegidos para sobrevivir?
-No. Pero lo van a intentar, al menos uno de ellos, el alma mater del grupo.
-¿Qué piensa hacer?
-Construir un búnker subterráneo para resistir el fin del mundo.
-Qué pavo…
-Las mujeres lo tienen fácil. Los hombres somos todos unos pavos y listo.
-¿Y no es verdad?
-Touché.
-Bueno, con o sin fin del mundo, yo te quiero igual.
-Hagamos el amor de nuevo.
-Pero recién acabamos de hacerlo.
-Si el mundo se acaba, ya sabés lo que recomiendan…
-Vos te estás buscando un infarto.
-Vos sos una mina para el infarto.
   Nos revolcamos en la cama como si fuera la última vez. El Juicio Final resultó ser el mejor afrodisíaco de todos.













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